De Utrecht |
Aún así, tengo que decir que hemos visto la ciudad muy por encima. Al ir siete personas es difícil hacer planes que todo el mundo esté dispuesto a seguir. Yo tengo una manera de viajar que no congeniaba con la gente con la que iba. Y lo entiendo, desde luego. A mí me interesaba ver Berlín a fondo, cada museo, cada edificio moderno, cada plaza o iglesia. Madrugar y ver las cosas hasta bien entrada la noche. Patearme todo. Ellos, de 6 a 8 años menores que yo, iban en otro plan. Posiblemente el mismo en el que hubiera ido yo a su edad. O quizá no. La cuestión es que a ellos les interesaban más los planes nocturnos que los diurnos y se quejaban del frío y de la nieve. A mí el frío me la trae al fresco, nunca mejor dicho. Yo me llevé todo mi arsenal de ropa de invierno sacrificando ir hecho un pincel. Pero yo no pasé frío. Ellos, a cada paso que dábamos por la calle, querían meterse en una cafetería a tomar café, cerveza o lo que se terciara, para estar calentitos. Si por mí hubiera sido, habríamos visto el doble de lo que vimos. No sé, mi idea al viajar es: ya tendré tiempo de salir de juerga en Utrecht o en Madrid. Yo no sé cuándo volveré a Berlín, ni si tendré pelas. Mis ahorros del trabajo del año pasado son precisamente para estos viajes: para extras, y por eso quiero aprovecharlos.
Pero bueno, no quiero decir ni muchísimo menos que el viaje haya sido una mierda. Simplemente me da rabia perder el tiempo. En realidad he disfrutado de la ciudad y nos lo hemos pasado muy bien. A veces me siento un poco fuera de sitio, pero bueno, supongo que es normal; hay muchos años de diferencia. Pero vamos, que hemos visto bastantes cosas: el Reichstag y su cúpula (de Foster), la puerta de Brandemburgo, el claustro del Banco DG (de Gehry), la Alexanderplatz, la catedral, el museo de Pérgamo (enamorado estoy), el museo judío (una basura), la futurista Postdamer Platz (con el Sony Center de Helmut Jahn), el muro y más cosas. Pero todo muy por encima, salvo el museo de Pérgamo, que algunos madrugamos para poder estar más tiempo en él, mientras que otros se levantaron a las 12:30 después de una noche de juerga hasta las tantas.
Altar de Zeus, de Pérgamo. Museo de Pérgamo. Pincha pulsando la tecla Ctrl+Botón izqdo para ver el vídeo en otra pestaña. |
La vuelta fue interesante. Estuvo nevando más de la mitad del camino, y tuve que conducir a 100 km/h como máximo sobre una carretera casi blanca, lo cual es un coñazo y tienes que estar muy pendiente. Pero bueno, eso no me importa. No es la primera vez que conduzco con nieve y hielo. Pero sí es la primera vez que conduzco con el tobillo pocho. Me lo torcí, y el último día en Berlín fue un poco mierda, porque no podía andar muy rápido, y me quedaba atrás. Supongo que yo también fui un coñazo para ellos. No sólo por esto, sino porque parecía que les interesaba una mierda las historias que yo pudiera contarles sobre lo que estábamos viendo. Pero bueno, cada uno tenemos distintas inquietudes e intereses. Eso no es reprochable, supongo.
Eso es todo por hoy. Besos y hasta la próxima.