jueves, 15 de enero de 2009

El papel higiénico de Mike

Se me olvidó comentar en mi anterior post una cosa muy divertida que pasó ayer.

La historia comienza tiempo ha. Estoy bastante cabreado con Mike, el cerdo compañero de piso americano. No sólo por eso, porque sea un cerdo, sino porque no hace nada en la casa. No baja la basura, tarda en realizar sus tareas de limpieza y jamás ha comprado nada para la casa (lavavajillas, papel higiénico, ambientador, bolsas de basura, etc). Así que decidí que yo no iba a comprar nada hasta que él no tuviera a bien comprar algo. Pues bien, ayer nos quedamos sin papel higiénico. Como es obvio, porque soy previsor, yo tenía en mi cuarto dos rollos de papel para emergencias de este tipo. Los demás no, evidentemente. Así que Vincent, el francés, cuando llegó a casa se presentó con papel higiénico. Yo le dije que no iba a comprar nada hasta que Mike hiciera algo, así que decidimos guardar los nuevos rollos de papel para nosotros. Cuando Mike comprara, ya los sacaríamos. Total, ¿qué más da tener papel de sobra? Ahí quedó la cosa a mediodía.

Así que estaba yo cenando en mi habitación, viendo How I met your mother (serie que recomiendo a todo el mundo) y alguien llama a mi puerta. Era Vincent y su novia (inquilina de este piso by the face). Me dicen, "¡Rápido, Pablo! ¡Ven, tienes que ver esto!". Dejo la cena, salgo de mi cuarto, y nos metemos en el baño en silencio y señalan al porta rollos. No puedo dar crédito a lo que veo. ¡Había un rollo de papel de cocina en él!

De Utrecht

Estuvimos como 15 minutos riéndonos. No se puede ser más pardillo ni más pringado. Coñitas como "ése es el tamaño de papel higiénico adecuado para su culo" eran inevitables. Sí, bueno, no está lo que se dice delgado, jeje. Al final decidimos poner el papel higiénico que había comprado Vincent y colocar el papel de cocina en su sitio: en la cocina.

En fin, eso era lo que quería decir.

Besitos!

Uno de esos días

Hoy ha sido un bonito día. Es el clásico día invernal, anticiclónico; frío pero soleado; un día colorido: verdes, ocres, el azul del cielo... No he podido resistir coger la bicicleta y darme una vuelta por la parte de detrás de mi casa, que aún la tenía ignota. Resulta que en la parte de atrás de mi casa hay, aparte de prados, un bonito mini-bosque. En él hay casitas con encanto, un restaurante en el que ponen las típicas 'pancakes' de aquí (que son una especie de crepes rellenas de mil cosas), el albergue de juventud (en un entorno increíble) y, sorprendentemente, ¡un fuerte!


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(Justo al norte del fuerte está mi casa)

Además del fuerte, que fue construido en 1868 y que después se utilizó en la 2ª Guerra Mundial, hay infinidad de pequeños búnkers de hormigón. Me imagino las terribles batallas que tuvieron que darse aquí, justo donde estoy ahora mismo, en estas frías llanuras durante la guerra.

De Utrecht

Pero también ha habido momentos bucólicos en mi paseo: he tenido que parar la bici para dejar cruzar la carretera a unos patos. En fin, muy chulo todo.

Entre los días de hielo, con todo de color blanco, y estos días de sol, vuelvo a estar a gusto aquí, lo cual no significa que no os eche de menos.

Bezoz.

lunes, 5 de enero de 2009

La importancia del Valor Absoluto

En valor absoluto, la temperatura en Utrecht y en Madrid es la misma: |5|. Hoy ha amanecido todo congelado, y con algo de nieve (helada) en los coches. Todo es de color blanco: los árboles, el césped, los canales y hasta el carril bici, que normalmente es rojo. Es un poco peligrosillo montar en bicicleta estos días, sí, pero no queda más remedio. La temperatura esta mañana cuando iba a clase era de -8ºC. Anorak, bufanda, guantes y botas. Comprar unos calzoncillos largos y/o polainas no está descartado :D Todo eso apenas es suficiente para paliar el frío.

Uno de los parques que más me gustan de Utrecht es Wilhelmina Park. Tiene un laguito muy majo que presentaba este aspecto esta tarde, comparándolo con cómo estaba en octubre:

-OTOÑO-
De Utrecht

-INVIERNO, hoy-
De Utrecht

De verdad que hace frío, creedme.

Eso es todo por ahora. Kussen voor alles.

sábado, 3 de enero de 2009

Color #BDBDBD

De vuelta de España, de pasar la Navidad en casa, sólo tengo una cosa que decir: Utrecht es una mierda (y Ryanair también). El clima es asqueroso: tenemos -4ºC y el cielo es color #BDBDBD, aproximadamente. Los canales están congelados y todo es oscuro, salvo el césped, que es blanco por el hielo. A las 16:30 es noche cerrada. Es evidente que como en casa, en ningún sitio. No entiendo cómo esta gente puede vivir en un país así, tan oscuro, tan triste. Toda una vida de esta manera, yo me volvería loco. Sí, lo sé, los holandeses tienen cosas que en realidad envidio, como el respeto por los demás, su capacidad de trabajo, su preparación y su dominio de los idiomas, por poner algunos ejemplos. Pero son unos sosos, eso es así. Y veranean en Canarias.

Para colmo, el avión no ha podido aterrizar en Eindhoven por motivos de visibilidad. Por lo visto había una densísima niebla y temperaturas de -11ºC. Pero en lugar de desviarnos a algún aeropuerto civilizado como Amsterdam, Maastricht o La Haya (imagino que no sólo será por temas climatológicos sino también por tasas aeroportuarias -recordemos la política de ahorro brutal de gastos de Ryanair-), nos han tenido media hora más de la hora oficial de llegada dando vueltas en círculos hasta que nos han dado una pista de aterrizaje, dejándonos en algún lugar perdido del oeste de Alemania.



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Después hemos tenido que esperar media hora a que vinieran unos autocares a recogernos y llevarnos a Eindhoven, lo cual fue más de una hora de trayecto. Posteriormente, tuve que coger otro autobús hasta la estación de tren (15-20 minutos más), el tren hasta Utrecht (una horita) y finalmente coger un último autobús hasta mi casa. Total, que desde mi casa en Madrid hasta mi casa en Utrecht, he tardado once horas.

Supongo que esta sensación se me pasará en unos días, cuando deje de tener morriña. Pero vamos, tanto el sol como nuestro estilo "take-it-easy" de vida, por no mentar (por lo evidente) a la familia, amigos, churri, etc., hace que me quede con Espáin con los ojos cerrados.

Quién sabe... quizá en unos meses me desdiga. No lo descarto, pero eso es lo que siento hoy. Quizá en 20 años, con el cambio climático que dicen algunos, aquí haya temperaturas meravigliosas y sea un lugar de veraneo, y la gente sea más alegre y a mí no me dé palo regresar. El problema es que si eso ocurre, Holanda estará 10 metros bajo el agua, jejeje.

Ósculos en las mejillas.